El Lesbianismo desde el Psicoanálisis

HERNANDO BERNAL

 ¿CUÁL ES EL PUNTO DE VISTA DESDE EL PSICOANÁLISIS?

El lesbianismo es lo que se denomina una homosexualidad femenina, pero el psicoanálisis plantea que la homosexualidad femenina es algo problemático en la medida en que lo que se denomina la perversión en el psicoanálisis y que tiene que ver con la desviación de la supuesta norma social de la sexualidad, la perversión es más un asunto masculino que femenino. Esto significa que la homosexualidad masculina es mucho más cierta, valedera que la homosexualidad femenina. Pareciera ser que la homosexualidad femenina, sobre todo la que se observa hoy en día responde más al narcisismo, al enamoramiento por la imagen de la otra mujer, a la seducción y al coqueteo femeninos que a una verdadera homosexualidad femenina.

Esto no significa que si haya verdaderas mujeres homosexuales, es decir, que tienen una posición sexual que se creen hombres o se creen varones y en ese sentido se comportan como tal y son a las que vulgarmente llamamos marimachas. Ya la otra homosexualidad de la niña bonita que anda con su amiguita y tienen experiencias sexuales de carácter homosexual es lo que denominamos una falsa homosexualidad en el psicoanálisis, sostenida más en el narcisismo y en el amor a la imagen de sí mismas que a una verdadera homosexualidad.

De hace 20 ó 30 años para acá, las comunidades homosexuales tanto lésbicas como de gay varones han conquistado una serie de derechos y de un lugar en la cultura a tal punto que hoy en día es normal para la cultura de hoy ser homosexual. Eso significa que ya nadie sufre por ser homosexual. La cultura de hoy la podemos llamar hedonista, que empuja a la satisfacción de nuestros impulsos sexuales y a unos agresivos de una manera casi instantánea o aceristas. Esto significa que la cultura de hoy empuja a los sujetos a tener experiencias a nivel de la sexualidad que son o extravagantes o extremas o “fuera de la norma” y los medios de comunicación ayudan a eso cuando invitan a todo el público en general a participar de fiestas de rumba de alter partys, de toda una serie de eventos en los que uno sabe que necesariamente se van a encontrar fácilmente experiencias de carácter homosexual, tanto para los hombres como para las mujeres, sin ser verdaderos homosexuales. Ese es el punto como en la homosexualidad femenina, que si bien existe y hay verdaderas homosexuales la mayoría de estas experiencias en la mujer responden más como a una fascinación por la imagen, por querer ser como la otra.