El Lesbianismo en medio de una sociedad que lo excluye

10.11.2008 16:08

“…Así, cuando yo mía

Te llamo, no pretendo

Que juzguen que eres mía,

Sino sólo que yo ser tuya quiero… ”

(Sor Juana Inés de la Cruz, en “Mi divina Lysis”)

 

Ecos de la historia

La historia de la sexualidad es tan antigua como la naturaleza misma. No es indiferente para nadie que la homosexualidad existe desde épocas anteriores a Jesucristo, cuando los griegos mantenían relaciones sexuales con algunos de sus sirvientes adolescentes. De la cultura egipcia se recuerda  amor entre Niankhkhnum y khnumhotep, de quienes quedaron imágenes en sus tumbas (alrededor de los años 2416 a 2392 A. de ].

Así mismo, las mujeres tenían sus encuentros amorosos en la isla de Lesbos. Estas reuniones contaban con la aprobación de la poetisa Safo, quien le enseñaba a las jóvenes lecciones sobre música, poesía y danza.

 Se cree que muchas famosas han practicado el lesbianismo, entre ellas Virginia Wolf; Elena, esposa del emperador Juliano; y Arsione, hermana de Cleopatra. Con personajes como ellas, el lesbianismo se fue convirtiendo en un tema escandaloso para las sociedades. Los actos homosexuales eran y siguen siendo cuestionados y/o rechazados por ellas.

Lo que antes de cristo eran “buenas y heroicas costumbres”[2] se convirtió en algo pecaminoso, contra los mandamientos de Dios. Si bien diferentes instituciones se han pronunciado en contra del homosexualismo, la iglesia ha sido la más influyente y determinante.

 

Según el Padre Iván Darío Toro, Decano de la facultad de Teología de la Fundación Universitaria Luis Amigó, el lesbianismo, y la homosexualidad en general, ha pasado por tres momentos. El primero de primera discreción, otro en el que se comienza a hacer público y a obtener críticas desfavorables porque la iglesia consideraba estos actos “contra-natura”, es decir, contra la naturaleza. El último momento es en el que se presenta la tolerancia. Añade que esta no implica aceptación y reconocimiento. “A las demás personas poco les importa lo que suceda con ellos, esta es una sociedad muy liberada”, dice el padre.

 

Posibles causas

El verdadero homosexual siente repugnancia hacia personas del sexo opuesto, en su lugar experimenta con los del mismo sexo por que “provocan sentimientos efectivos”[3] y eróticos. Estas desviaciones son debidas a una dinámica biológica y, en muchos casos es hereditaria, dice el doctor Juan José López[4].

Sin embargo, es difícil establecer  cuál es la causa del lesbianismo. Algunos especialistas lo atribuyen al ambiente familiar en el que crece la mujer desde que está en el vientre. Puede influir la relación del padre y la madre, una violación, el machismo, domesticamiento, sometimiento y humillación que sufre la mujer en el hogar. Aunque puede ser por la ausencia de la figura paterna o materna, así la niña no tiene definido el papel del uno o de la otra. Cuando la mamá es muy severa o muy débil no tiene posibilidad de identificación o cuando la madre se queja constantemente.

 Muchos de estos factores llevan a la mujer a crecer odiando y/o repudiando a los hombres y a enamorarse de una figura delicada, sensual y muy femenina. “Pareciera que la homosexualidad femenina corresponde al enamoramiento por la imagen de la otra mujer” a la seducción y al coqueteo, plantea, desde el psicoanálisis, el Psicólogo de la FUNALM, Hernando Bernal.

 Se creería, además, que el lesbianismo se da porque la implicada es fea o porque nunca ha tenido relaciones exitosas con personas del sexo opuesto. Pero estas afirmaciones o creencias se desmienten cuando se conocen mujeres con pasado heterosexual positivo, bonitas y tienen una pareja de su misma condición sexual. Es el caso de Yelen, una joven femenina, quien después de tener una larga relación con su novio descubre que le gustan más las mujeres y adopta su homosexualidad.

 

No pretenden ser varones

La mujer lésbica no trata de imitar o ser como los hombres, ellas no buscan en su pareja la figura masculina porque de ella tienen la percepción de que daña y agrede. Lo que buscan en otras mujeres es delicadeza. “Una mujer se involucra con otra para encontrar lo que no encuentra en un hombre, la ternura”, dice Fabián Orozco.[5]

 Al hablar o referirse al lesbianismo muchas personas imaginan una mujer de cabello corto, aspectos, gestos, vestimenta y comportamientos varoniles, como suele suceder con los gay, quienes se manifiestan, muestran y distinguen por su delicadeza al hablar y caminar, por usar maquillaje, por tinturarse el cabello y vestirse con ropa muy ajustada. Con la homosexual femenina ocurre lo contrario. La mayoría de ellas pretenden seguir exaltando y buscando en sus parejas, valores y características físicas y morales propias de la mujer. A pesar de su condición sexual pueden llegar a ser muy iguales a las demás, tan bellas o feas, inteligentes o no, entre otras cosas.

 Aunque en sus actos sexuales recurren a objetos que les representan el miembro viril para satisfacerse, no es de la única manera que lo logran. La forma más común de encuentro sexual entre lesbianas  son los abrazos, caricias y miradas que las hacen sentir amadas. A ellas los hombres les interesan muy poco desde el punto de vista erótico, por eso sus relaciones son tan distintas y especiales. Mientras que los hombres las basan en las partes genitales, sólo de esa manera viven y sienten el sexo y el amor. Las mujeres sienten a través de todo el cuerpo, de toda su piel. Por eso las relaciones con otras mujeres les hacen sentir más satisfacción. Cada una de ellas sabe dónde y cómo hace sentir el amor y la pasión a su pareja. El hecho de recurrir a vibradores u otros objetos similares a un pene les demuestran que no necesitan de un hombre para sentir placer.

 Sin embargo, Hernando Bernal comenta que eso no significa que esas mujeres sean verdaderas homosexuales porque no toman una posición en la que se creen hombres. Habla de verdaderas lesbianas cuando se comportan como varones, y son a las que comúnmente se les llama “marimachas”. La homosexualidad de las dos mujeres es falsa en el psicoanálisis porque se sostiene en amar a una mujer similar a ella.

 Frente al planteamiento de Hernando se puede decir que existen diferentes tipos de lesbianas. Por ejemplo, está la accidental, aquella que es arrastrada por las circunstancias a mantener una o pocas experiencias heterosexuales en la adolescencia. También está la tardía, que descubre y asume su tendencia cuando está adulta, después de haber tenido relaciones heterosexuales; la bisexual, que se satisface tanto de hombres como mujeres; y, finalmente, está la exclusiva, que siempre se ha sentido homosexual.[6]

 

Presión y castigo

Para la Decana de la Facultad de Desarrollo Familiar de la FUNLAM, Maria Eugenia Villegas, es mucho más cuestionable y sospechoso el hecho de que dos hombres vivan solos; mientras que las mujeres pueden dormir y vivir con su novia, y posiblemente se piense que es la mejor amiga o la prima. Debido a esto, asegura, que la mujer está menos presionada que el hombre gay.

 Dichas presiones se ven desde épocas muy antiguas, cuando la iglesia sancionaba y castigaba las relaciones homosexuales entre hombres, porque en ellos estaba la semilla de la vida y estos actos llevaban al desperdicio y derramamiento del semen. Mientras que a la mujer se consideraba como una receptora pasiva, poco o nada se perdía, “Éstas no ponían en peligro la economía de la creación, luego su acto no era tan atroz como el delito que se le imputaba a los hombres”.[7]

 Esta posición condenatoria y correctiva de la iglesia ha ido cambiando, tal como lo asegura el padre Iván Darío. Si bien la iglesia se oponía a estas desviaciones, después desiste de estar en constante persecución y prefiere dejarlos tranquilos, sin abrirles las puertas, sin autorizar sus relaciones y preferencias sexuales. Este hecho lleva a que la sociedad sea mas comprensiva y tolerante que antes, sin embargo Laura Ramírez, una joven de 20 años y estudiante de Comunicación Social de la FUNLAM, dice estar en completa oposición: “Dios dijo que la pareja es un hombre y una mujer”.

 El lesbianismo llega a concebirse como un cambio en los deseos e inclinaciones de las mujeres. Aunque la iglesia diga estar en una posición de resignación, sigue influyendo en las personas aun moralistas y tradicionalistas. Se sigue poniendo en duda que tan tolerados son estos actos. Ya no es la iglesia la que persigue y castiga, son muchos de estos fieles, quienes están en contra, los que han hecho que los homosexuales vuelvan a sentir temor de existir. Cada vez son mas atacados por los homofóbicos[8].

Si se aceptan cambios en la moda y la tecnología, también estos actos deberían serlo. “Las transformaciones sociales y culturales tienen que ir de la mano de la transformación psicológica de las personas”.[9]

 

En busca de los derechos

En la Constitución Política de Colombia[10] se plasma un derecho fundamental enunciando que todos los ciudadanos tienen derecho a la intimidad personal y familiar y a desarrollar su propia personalidad. Con el tiempo las leyes y derechos que se le otorgaban a las parejas casadas se les fueron dando a las parejas no casadas pero que convivían juntos. Para las parejas homosexuales estos han sido prohibidos.

 Hasta hace aproximadamente 20 ó 30 años la lesbiana peleaba y luchaba por sus derechos. Tere López dice que la mujer gay de hoy se ha cansado de esperar y ha creado sus propios derechos y los hace cumplir. Poco les importa que la iglesia acepte sus relaciones y las consagren con el matrimonio. Sin problemas para la sociedad, ellas conviven juntas y respetan el hecho de besarse en frente de los demás.

Si en todo este tiempo se les ha impedido comportarse como el resto de la sociedad, ahora las lesbianas buscan la manera de sentirse bien, satisfechas y se sienten parte de lo que las excluye. Aunque algunas se casan simbólicamente en  lugares privados con los rituales utilizados en una ceremonia religiosa de un matrimonio heterosexual, lo asumen con el mismo compromiso y las mismas responsabilidades adquiridos por parejas normales.

 Los homosexuales alemanes se pronunciaron al Estado para exigir  que se les cumplan los mismos derechos y ventajas que a las uniones y matrimonios heterosexuales. Hace aproximadamente un mes, Colombia vivió un debate entre el sector LGTB (Lesbianas, Gays, Transgénero y Bisexuales) frente a sanadores y congresistas. El proyecto de ley que cobijaría a los homosexuales fue aprobado el 10 de octubre del 2006. El grupo minoritario busca, de igual forma que en Alemania, que se les concedan los derechos civiles y patrimoniales, derecho a la igualdad y al libre desarrollo de la personalidad.

 El proyecto se planteó en el Congreso y será debatido en la Cámara de Representantes. En él se buscan beneficios médicos, casarse legal y7o religiosamente, derecho a la herencia, pensiones y se está planteando el derecho a la adopción. Todos los derechos como individuos pertenecientes a una sociedad les han sido negados. En ningún artículo de la Constitución Política se hace una exclusión para el sector LGTB, sin embargo los marginan buscando para ellos lo que por ley les corresponde.

 Pareciera que lo que asegura el Padre Iván Darío, frente a la persecución y la exclusión de los homosexuales no fuera muy cierto. Desde la iglesia y algunas integrantes del Congreso como Claudia Castellanos y Alexandra Moreno, marcharon por la no aprobación del proyecto. Así mismo,  asesores del representante a la Cámara, Luis Enrique Salaz, entregaron a 102 senadores una carpeta con imágenes de escenas pasionales entre homosexuales y acompañadas de la frase: estos pueden ser lo próximos profesores en nuestro jardines infantiles.

 Qué tan racional es la persona que trata de infundir temor a los demás, si no está teniendo en cuenta los diferentes casos de violación por parte de curas, profesores, papás heterosexuales, médicos y psicólogos. Las competencias profesionales no se miden por la condición sexual.

 

Los mass media les abren espacios

Con el paso del tiempo las lesbianas empiezan a conocerse en la sociedad, a hacerse pública su existencia. Comienzan a aparecer en diferentes medios como el cien, la televisión, la literatura y en las revistas de pornografía. Entonces, se convierten en sinónimos de vicios, drogas, alcohol, promiscuidad y pornografía. A partir de los medios de comunicación, se manifiestan y crean controversia con el ánimo de poder ejercer sus derechos como ciudadanos.

 La cultura de hoy  empuja a los sujetos a experimentar con su sexualidad, a estar por fuera de la norma. Los medios de comunicación y las personas impulsan más estos actos, porque los exhiben como si se tratara de una moda a la cual hay que ceñirse. Además, en las rumbas cuando se incita a que las mujeres se muestren y se desnuden, bailen entre sí, se toquen y se besen. Esto, para la mayoría de los hombres puede resultar excitante y para algunos, forma parte de su  fantasía sexual.

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[1] PAJÓN, Gloria. La herencia de Safo de Lesbos o la impostergable tarea del héroe. EN: Reflexión y sensibilización contra los crímenes de odio. Corporación el otro. Memorias 2005. p. 21

[2] Ibíd.

[3] URREGO VELÁSQUEZ, Juan Ricardo. Historia encerrada. EN: De leones y mariposas. Una historia de vida para el Movimiento de la Diversidad Sexual en Colombia.  Corporación El Solar, Medellín, 2005. p.43

[4] LÓPEZ IBOR, Juan José. La homosexualidad femenina. Madrid: ediciones UVE, 1982. Págs., 116.

[5] Fabián Orozco es Docente de psicología de la Fundación Universitaria Luis Amigó.

[6] Documento sin daros sacado de la corporación Vamos Mujer, en Medellín.

[7] BORJA GÓMEZ, Jaime Humberto. De la cristiandad medieval a la colonial: tendencias y herencias de la homosexualidad, EN: Universitas humanísticas. Nº 1169, enero- junio 2002. p. 101.

[8] Personas que tienen  fobia a los homosexuales.

[9] SANCHEZ RIVERA, María del Pilar. Voces afirmativas por una vida digna lésbica. EN: Conciencia Latinoamericana: Diversidad Sexual. Nº 8, 2004. p. 24.

[10] Artículo 13: todas las personas nacen libres e iguales ante la ley, recibirán la misma protección y trato de las autoridades y gozarán de los mismos derechos, libertades y oportunidades sin ninguna discriminación por razones de sexo, raza, origen nacional o familiar, lengua, religión, opinión política y filosófica. El Estado promoverá las condiciones para que la igualdad sea real y efectiva y adoptará medidas a favor de grupos discriminados…

 

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